Ruido y polvo
Ni escribo, ni pinto, ni dibujo. El lápiz que conecta imágenes, momentos, anécdotas y detalles se ha quedado sin punta. Una luz intermitente ocupa su lugar. Lleva un ritmo regular, ni muy rápido ni muy lento. Constante, agotador.
Las voces hablan entre ellas, se interrumpen, casi gritan. Las voces se contradicen, nunca duermen. Ninguna me pertenece, son sonidos importados de personajes de telerrealidad y videos de TikTok que invaden mi cerebro. Las tiendas de campaña que habitaban antes se han convertido en bloques de apartamentos lujosos, enormes. Crean espacio para más voces nasales, estúpidas y chirriantes. No cabe nadie más. Mi yo y mi otro yo nos hemos resignado a una esquina desde la que observamos el panorama. El caos al borde del agujero negro.
El ruido arrasa con todo.
Paula